La escuela nunca ha sido el único espacio de aprendizaje, pero si, durante mucho tiempo su espacio privilegiado. Las TIC abren un campo enorme de acceso al conocimiento que interrogan a la escuela, a la educación formal, por el nuevo rol que han de jugar.
Recuerdo que al llegar a la escuela con mis 5 años, el esfero, el bolígrafo, se empezaba a utilizar sustituyendo al lápiz de grafito. Supuso un cambio de herramienta pero no de concepción de las formas de enseñanza-aprendizaje.
El desarrollo de las TIC es un cambio que supone una nueva forma de concebir la escuela, pero este paso todavía no se vislumbra en la mayoría de los docentes que asumen las TIC como meras herramientas para hacer lo de siempre antes estudiantes que reciben continuamente estímulos e información de formas muy diversas y atractivas.
Hay una brecha entre los que los docentes sabemos hacer y el acesso permanente de nuestros estudiantes al mundo virtual lleno de estímulos con los que la escuela tradicional no puede competir.
Está en cuestión la identidad del docente del siglo XXI. La nueva escuela está por construir.
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