No llevar nada,
No poder nada,
No pedir nada,
No callar nada.
Solamente el Evangelio, como una faca afilada.
Y el llanto y la risa en la mirada.
Y la mano extendida y apretada.
Y la vida, a caballo, dada.
Y este sol y estos ríos y esta tierra comprada,
Para testigos de la Revolución estallada.
Y "mais nada".
(Pere Casaldàliga. Antología retirante. Poemas, 1978)
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